DIA DE LA PAZ
Con motivo de la celebración del Día de la Paz hemos realizado en las clases distintas actividades. Desde la biblioteca queremos que veáis un video de un cuento que os va a gustar, sobre todo a los más pequeños:
"-Mamá, hoy conocí una niña nueva en clase. -¿Y has jugado con ella?. -No he intentado morderla.. es que pensaba que era de chocolate".
Producido por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), el cuento para niños y niñas en edad de educación infantil o preescolar, es un precioso cuento donde se hace especial hincapié en la igualdad entre todos los seres humanos, de la valentía y el coraje para la defensa del bien común.
La autora, Eva María Riber, fue la ganadora del Concurso de Cuentos Cortos para educar en valores desde la primera infancia en 2009 con esta bonita historia.
Todos los que queráis podéis cantar la canción de la Paz en karaoque que os dejamos aquí.
“
Los amigos lectores de 4º han aprovechado también para leerle a los de 1º un cuento. Después hemos comentado entre todos lo que podemos aprender del mismo y han realizado conjuntamente unos dibujos. Aquí os lo dejamos para que lo podáis leer.
“El Regalo”
(un cuento para el día de la Paz)
Érase una vez un pueblo perdido entre las montañas donde sus habitantes
se trataban muy mal y eran muy agresivos entre sí. Siempre se estaban
insultando; discutían por las cosas más insignificantes y claro, constantemente
surgían peleas y conflictos violentos.
Los niños y niñas del lugar aprendían, desde muy pequeños, a
pelearse porque estaban acostumbrados a ver a sus mayores hacer lo mismo con
mucha frecuencia:
-¡Eres un inútil!
-¡Y tú una payasa!
-¡Anda y vete por ahí, idiota!
Éstas y muchas otras palabras eran las que habitualmente se
dedicaban los vecinos del lugar.
Un día una niña llegó al pueblo. Se llamaba Paz, era la prima de
Alberto, que venía a pasar las vacaciones de verano.
Alberto tenía mucha ilusión en presentársela a sus amig@s pero no estaba muy seguro cómo
iba a reaccionar su prima cuando comprobara lo malhablados que podían llegar a
ser. De todas formas Alberto tenía que arriesgarse y la llevó al campo del
fútbol de la escuela donde estaban disputando un partido.
-¡Hola chic@s! ¿Qué hacéis?
– Hola imbécil, íbamos a comenzar
el partido.
– Esta es mi prima Paz, ¿Puede
jugar?
– Si sabe, claro que puede. ¿Te
gusta el deporte?
– Sí, desde muy pequeña practico
kárate. Soy cinturón negro pero
también me gusta jugar al fútbol y otros deportes.
Al oír esto tod@s se quedaron muy sorprendid@s y pensaron que debían respetarla y no pasarse con ella. Comenzó el
partido y todo transcurría como era habitual: insultos,
chillidos, patadas, escupitajos, achuchones, etc,... pero nadie se
atrevía a dirigir una palabra malsonante a Paz.
De repente, el balón llegó a los pies de Paz y chutó con todas las
fuerzas que le permitían sus fuertes piernas de karateca. El balón salió
despedido tan alto que fue a parar al tejado de la casa de enfrente, con tan
mala fortuna que se pinchó.
L@s chic@s se indignaron tanto
que empezaron a insultarla, a dedicarle las palabras más sucias y horribles que
pasaban por sus pequeñas mentes.
Pero ella no dijo nada, ni si quiera se movió; no hizo el más
mínimo caso, y se quedó callada, mirándolos fijamente, con el rostro tranquilo.
Cuando l@s chic@s cayeron en la cuenta de lo que estaban haciendo, huyeron
despavoridos por temor a que ella se defendiera. Paz ni se inmutó, permaneció
quieta mirando como huían.
Por la tarde, Paz se encontraba en su casa cuando sonó el timbre
de la puerta y salió a abrir. ¡Qué sorpresa se llevó! Era su primo Alberto, y venía
acompañado de toda la pandilla:
– ¡Hola Paz!
– ¡Hola Chic@s! ¡Qué sorpresa tan agradable! ¿Cómo
estáis?
– Verás, venimos a disculparnos
porque creemos que nos hemos pasado contigo esta mañana en el partido.
– ¡Ah! ¿Es eso? No tiene la más
mínima importancia; por mí seguimos siendo tan amigos como antes.
Para celebrar la reconciliación se fueron a continuar el partido
que se había interrumpido por la mañana. De camino al campo de fútbol, uno de los
chicos le preguntó a Paz.
– ¿Me permites que te haga una
pregunta que me está rondando la cabeza?
– Sí, claro, todas las que quieras,
adelante.
– Sabemos que puedes defenderte muy
bien, en cambio no nos hiciste nada cuando te dijimos esas cosas tan horribles,
¿por qué?
Ella le respondió con una pregunta:
– Si yo te traigo un regalo y no lo
aceptas, ¿para quién es el regalo?
– Sigue siendo tuyo Paz, puesto que
no lo he aceptado- contestó el chico.
– Pues igualmente con los insultos.
Si tú no los aceptas y no haces ningún caso, no son para ti, sino para quien
los dice.
Y por último os dejamos las fotos de los poemas que han elaborado las distintas clases:
Ya solo nos queda despedirnos deseando que todos los días sean Días de Paz y no nos limitemos a pensar en ello solo un día al año.