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martes, 27 de mayo de 2014

NUESTRO PERIÓDICO ANUAL


Aquí tenéis ya la 1ª edición de nuestro anuario digital "EL MENTIDERO", una experiencia nueva e innovadora y a la que deseamos una larga andadura en nuestro centro.





Anuario 2013-14 CEIP Mariana Pineda

jueves, 22 de mayo de 2014

PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LA COMUNICACIÓN Y LA CONCORDIA

Quino, creador de Mafalda, gana el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades

El humorista alcanzó un reconocimiento universal de la mano de Mafalda, que nació hace 50 años.

El argentino se convierte en el primer dibujante distinguido en la historia de los premios.

La niña que filosofaba nació de la pluma de un ilustrador que pensó en hacer dibujos mudos. Quino, el viñetista que hoy ha recibido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, adoraba el arte mudo de Buster Keaton,  hasta que en una redacción de Buenos Aires le dijeron que el humor necesitaba palabras. Quino aceptó el consejo  llenó sus viñetas de nubes. A veces con diálogos, a veces con las palabras justas, como cuando Mafalda, la niña filósofa con sopofobia que convirtió a Quino en un dibujante universal, solo acierta a gritar:





-¡Paren el mundo, qué me quiero bajar!

El Príncipe de Asturias se suma a una larga de lista de reconocimientos para el humorista, que coinciden con la celebración de los 50 años del nacimiento de Mafalda.
La niña redicha de seis años apenas vivió una década en el papel impreso.
En su galería infantil, Quino aprisionó las grandezas y las miserias del mundo. El materialismo (Manolito: "Todos somos iguales solo que algunos arriesgamos un capital"), el optimismo ante el mañana (Miguelito: “Yo, lo que quiero que me salga bien es la vida”) o el descreímiento insolidario (Susanita: “No es cuestión de herir susceptibilidades, sino de matarlas”). Esta vigencia pesó en la decisión del jurado del Príncipe de Asturias: "Al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento".

El dibujante Quino, en Buenos Aires en 2012.

Quino descubrió el dibujo gracias a su tío. "Yo heredé el nombre y el oficio de mi tío Joaquín. Ver que de su lápiz salían montañas, árboles, personas… me maravillaba. Todos los chicos dibujan, pero yo seguí. Estudié un poco en Bellas Artes y dos años después cometí el error de creer que a los 15 ya lo sabía todo y abandoné. 

Seguro que han dicho eso de "Paren el mundo, que me quiero bajar" en más de una ocasión. La frase salió por primera vez de la boca de Mafalda, la niña filósofa con aversión a la sopa más famosa del mundo.

 Aquí van una decena de sus principios ineludibles.

1. Deja de instalarte en los recuerdos y mira con energía al presente y el futuro, porque lo mejor está por llegar siempre. O como diría Mafalda: "No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta".

2. "Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo Importante". Una máxima perfecta para darse cuenta de dónde debes poner tus esfuerzos y tiempo en este mundo hiperconectado y estresado en el que vivimos hoy.

3. La actitud positiva lo es todo, hasta para dar en las narices a los demás: "Comienza el día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo". Y por si te quedan dudas, otra frase esta vez de Miguelito: "Yo, lo que quiero que me salga bien es la vida".

4. Eres único. Recuérdalo. "Dicen que el hombre es un animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal".

5. Eso sí, también hay que ser humildes y sinceros. "Admitir que se está equivocado es el harakiri del orgullo".

6. No dejes que los demás, la situación económica o la desidia decidan por ti porque… "Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno depende de uno".

7. ¿Fashion victims? Hasta cierto punto, pero no como para eclipsar lo que eres. "¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?".

8. Conserva y mira de vez en cuando al niño que llevas dentro. No hay que ponerse siempre el bigote. Y ve quemando etapas. "La vida no debería despojarlo a uno de la niñez sin antes darle un buen puesto en la juventud".

9. ¿Quién dijo crisis de los 40? "La vida empieza a los cuarenta [lee en un periódico]. ¿Y entonces para qué cuernos nos hacen venir con tanta anticipación?".

10. Sé fiel a tus principios. "A medio mundo le gustan los perros, y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau", le dice a Manolito cuando éste critica que le gusten los Beatles si ni siquiera entiende lo que dicen.

TEATRO


Hoy hemos podido disfrutar todos de una representación teatral en la Nava. Han participado alumnas de 6º curso, padres y profesores.
Han hecho un trabajo excelente y los alumnos han salido muy contentos. Desde la biblioteca animamos a todos a seguir con este entusiasmo.

 CUENTO:" EL MONSTRUO PELUDO"

Escrito por Henriette Bichonnier, durante un tiempo ejerció el periodismo y la crítica, especialmente de teatro infantil. Hoy día es una reconocida autora de libros para niños. Henriette imaginó al monstruo peludo de esta historia junto a su pequeño hijo Víctor, principal colaborador de sus obras. Editado por Edelvives.




ESCENA 1. PRESENTACIÓN DEL MONSTRUO PELUDO.
En una cueva húmeda y gris, en medio de un oscuro bosque vivía un Monstruo peludo. ¡Era feísimo!
Tenía una cabeza enorme sobre dos piececitos ridículos, lo que le impedía moverse mucho. Por eso no podía salir de la cueva.
Tenía también una gran boca, dos ojillos verdosos y dos brazos largos y delgados que salían de sus orejas, y que le permitían atrapar a los ratones.
El monstruo tenía pelos por todas partes: en la nariz, en los pies, en la espalda, en los dientes, en los ojos…
En fin, en todos lados.
Este monstruo soñaba con poder comer seres humanos.
Todos los días se instalaba a la puerta de su cueva y decía entre siniestras carcajadas:
- Al primero que pase, me lo como.
Pero la gente no solía pasar por allí, pues la cueva estaba en la zona más cerrada y tenebrosa del bosque. Y como el monstruo no podía correr, por sus ridículos piececitos, nunca podía atrapar a nadie.
No obstante, seguía esperando y no se cansaba de decir:
- Al primero que pase, me lo como.
ESCENA 2. ¡A LA CAZA DEL REY!
Un día, un rey que cazaba por aquel bosque se perdió entre la espesura.
Ignorando el peligro que corría, llegó hasta la cueva del monstruo.
Dos largos brazos surgieron desde el interior y atraparon al rey.
- ¡Ajá! – exclamó la espantosa bestia -.
¡Por fin tengo para comer algo mejor que ratones!
Y el monstruo abrió una enorme bocaza.
- ¡Alto! ¡Quieto! – le gritó el rey -.
Puedes comer algo mucho mejor.
- ¿Qué es? – le preguntó el monstruo.
- ¿Ah, sí? – se sorprendió el monstruo.
Entonces, ató una larga cuerda a la pierna del rey y le explicó que le dejaría irse si le traía un niño para comer.
El rey le prometió que volvería con el primer niño que encontrase.
- Cuidado con lo que haces – añadió el monstruo peludo - . Si intentas engañarme tiraré de la cuerda y te traeré hasta aquí. ¿Comprendes?
- Si – afirmó el rey.
Y montó en su caballo y se fue.
ESCENA 3. ENCUENTRO CON EL NIÑO.
Al llegar al límite del bosque, se detuvo, sacó unas tijeras muy grandes de su bolsa de viaje e intentó cortar la cuerda que le unía al monstruo. Pero  cuál no sería su sorpresa al comprobar que era imposible.
- ¡Ja, ja! Se rió el monstruo desde lejos - . ¡No intentes engañarme!
Y el rey prosiguió su camino muy desanimado.
Atravesó un pueblo con la esperanza de encontrar allí algún niño. Pero prontó comprobó que no había nadie en las calles.
Todos los niños estaban en la escuela.
Entonces, el rey siguió galopando, siempre con la cuerda atada al pie.
Al llegar cerca de su castillo, vio por fin a una niña que corría por el camino.
- ¡Ah! – se dijo - . ¡Aquí tengo exactamente lo que necesito!
Pero cuál no sería su sorpresa cuando vio, al acercarse, que la niña era su propia hija, la pequeña Lucila, que se había escapado del castillo para comprar chucherías. El rey, furioso, la regañó:
- ¡Te tengo prohibido comprar chucherías! ¡Y también te tengo prohibido que salgas del castillo! ¡Ay! Si tú supieras…
Y le contó la promesa que había hecho al monstruo. En la cueva húmeda y gris, el monstruo estaba oyendo todo, gracias a un auricular conectado al extremo de la cuerda.
- ¡Nada de jugarretas! Quiero tener a esa muchachita aquí inmediatamente. De lo contrario…
El rey se puso a llorar y la pequeña Lucila tuvo que consolarlo:
- No llores, papá – le dijo -. Iré muy a gusto a la cueva del monstruo para que me coma.
- ¡Ay, qué desgracia, hija mía! Sollozó el padre - . ¡Ay, ay, ay, ay!
Montó a la pequeña en su caballo y volvió hasta la cueva, adonde le conducía el monstruo tirando sin parar de la cuerda.

ESCENA 4. LA NIÑA DESTRUYE AL MONSTRUO.
Cuando llegó el rey, tembloroso, depositó allí a su hija.
El monstruo desató la cuerda y ordenó al rey que se fuera inmediatamente.
Luego se volvió hacia la niña, que le esperaba muy seriecita.
- Vaya, vaya…- dijo el monstruo - . No pareces muy feliz…
- Porque me pica la nariz – contestó rápidamente Lucila, haciendo un pareado.
El monstruo se quedó un tanto cortado. No le gustaba que le interrumpieran, ni tampoco le gustaba que le tomaran el pelo, precisamente a él que tenía tantos.
Y le daba la impresión de que eso era lo que Lucila pretendía.
- Oye, niña, ya te voy yo a enseñar…
- Los pelos del paladar – se adelantó a decir Lucila.
- ¡Mocosa! ¿Cómo te atreves? …
- ¡Depílate los percebes!
Pues el monstruo tenía muchos pelos en las manos, y sus dedos parecían gigantescos percebes.
- ¡Te arrepentirás de eso!
- ¡Te huelen los pies a queso!
- ¡Mira que a mí no me engañas!
- ¡Cepíllate las pestañas!
- Contaré hasta tres para que te calles: Una …
- ¡Vete a mirar la luna!
- Dos.
- Si te miro me entra tos…
- Y tres…
- Te volveré del revés…
- ¡Si vuelves a hablar te elimino!
- Te esperaré haciendo el pino.
El monstruo estaba ya fuera de sí. La cólera le hacía rodar por tierra y pegar puñetazos, lo cual resultaba un espectáculo bastante divertido.
Finalmente, rugió:
- ¿Así es como os educan a las princesas? ¿Eres la hija de un rey o la hija de un bandolero?
- La solución la llevo escrita en el trasero.
- ¡Vas a acabar conmigo!
- ¡Y con los pelos de tu ombligo!
La rabia del monstruo era tal que se hinchaba y se hinchaba…
Y tanto se hinchó, que, al final,  estalló de cólera: explotó en miles de pedacitos que el viento se llevó  en todas direcciones. Y se transformaron en perfumadas flores y en mariposas multicolores.

ESCENA 5. ¡Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE!
Bajo la piel del horrendo monstruo peludo apareció el más guapo joven que imaginarse pueda.
Y con una sonrisa cautivadora, dijo:
- En realidad, soy un príncipe. Un malvado me había encantado. Tú me has liberado y estoy entusiasmado. ¡ Qué poderoso conjuro me lanzó Arturo! Si te soy sincero, me tenía prisionero, y desde hace años, quiero darme un baño. Mi agradecimiento es infinito, Lucila, mi cielito.  Como me gustas mucho, en cuanto pueda me ducho. ¿Querrás casarte conmigo? No tengo pelos en el ombligo, ni tampoco en las narices. ¡Y seremos felices!
A la muchachita la proposición le pareció muy tentadora y la aceptó inmediatamente. Y los dos jóvenes se fueron volando sobre el lomo de una mariposa gigante. A partir de entonces, nunca, pero nunca jamás, nadie  volvió a oír hablar del monstruo peludo.
Y colorín colorado, el monstruo peludos se ha acabado.











lunes, 19 de mayo de 2014

EL OBOE CATALEJO Y EL ARPA


 

 

ARPA A LA VISTA!!! Cuento del Oboe Catalejo

Compañia: Compañía Arpatrapo

Descripción:

Isabel Maynés, fundadora de la compañía Arpatrapo y José Antonio Masmano, oboísta de la Orquesta Ciudad de Granada,nos han  presentado un divertido cuento basado en El canto de la perla, narración que procede de un apócrifo del siglo III llamado Los actos de Tomás, que forma parte de la Biblioteca de Nag Hammadi. Un valiente oboísta, ante la tormenta que ha arrasado los cañares de su isla, tiene que viajar a países remotos para buscar la caña con que volver a hacer tocar los oboes de su país.


El Equipo de biblioteca quiere agradecer a los miembros de la compañía Arpatrapo su interpretación. Nos ha parecido una iniciativa estupenda y tanto el profesorado como los niños hemos podido disfrutar de una actividad única. El tiempo se ha pasado volando y nos hemos quedado todos con ganas de más. Han sabido crear un ambiente mágico y de una elegancia exquisita.
Llama la atención como solo dos personas con sus instrumentos musicales y sin necesidad de un gran decorado han conseguido transportar a los niños al reino de la fantasía y a los mayores nos han cautivado en todo momento con su saber hacer. Esperamos que no sea la única representación a la que asistamos de esta compañía a la que  de todo corazón deseamos una larga trayectoria.